viernes, 10 de agosto de 2007

Achintya veda veda tatwa

Iluminación

Está narración es muy hermosa y no siempre se
lee cuentos asi.
La fidelidad, es un sentimiento que muy poco
se ve en estos dias. La gente de hoy es más
frágil e insegura y por nada explota.
¿ Por qué razón ?, por la sencilla razón que
se pone en las relaciones más la razón que el
corazón. Y, muchas veces colocamos nuestra
amistad en manos ajenas, permitiendo que se
hagan juicios de nuestros amigos; sin saber en
realidad los sentimientos que une una amistad.

Cada ser es individualmente diferente al otro;
pero por alguna razón nos unimos a otros seres
en el devenir de nuestras vidas. Esto es porque
todos somos seres espirituales y poseemos la misma
naturaleza. Por más que aparentemente seamos di_
ferentes; en el fondo somos los mismos y diferentes
a la vez.
Achintya veda veda tatwa.




EL GUSANO Y EL ESCARABAJO

Había una vez un gusano y un escarabajo
que eran amigos, pasaban charlando horas y
horas. El escarabajo estaba consciente de que
su amigo era muy limitado en movilidad,
tenía una visibilidad muy restringida y era
muy tranquilo comparado con los de su especie.

El gusano estaba muy consciente de que
su amigo venía de otro ambiente, comía cosas
que le parecían desagradables y era muy
acelerado para su estándar de vida, tenía una
imagen grotesca hablaba con mucha rapidez.

Un día, la compañera del escarabajo
le cuestionó la amistad hacia el gusano.
¿Cómo era posible que caminara tanto para ir
al encuentro del gusano? A lo que él respondió
que el gusano estaba limitado en sus
movimientos. ¿Por qué seguía siendo amigo
de un insecto que no le regresaba los saludos
efusivos que el escarabajo hacía desde lejos?.

Esto era entendido por él, ya que sabía de su
limitada visión, muchas veces ni siquiera sabía
que alguien lo saludaba y cuando se daba
cuenta, no distinguía si se trataba de él para
contestar el saludo, sin embargo calló para
no discutir.

Fueron muchas las respuestas que se
buscaron en el escarabajo para cuestionar
la amistad con el gusano, que al final, éste
decidió poner a prueba la amistad alejándose
un tiempo para esperar que el gusano
lo buscara.

Pasó el tiempo y la noticia llegó: el gusano
estaba muriendo, pues su organismo lo
traicionaba por tanto esfuerzo, cada día
aprendíael camino para llegar hasta su amigo y
la noche lo obligaba a retornar hasta su lugar
de origen.

El escarabajo decidió ir a ver sin preguntar
a su compañera qué opinaba. En el camino
varios insectos le contaron las peripecias del
gusano por saber qué le había pasado
a su amigo. Le contaron de cómo se exponía
día a día para ir a dónde él se encontraba,
pasando cerca del nido de los pájaros.

De cómo sobrevivió al ataque de las hormigas
y así sucesivamente.

Llegó el escarabajo hasta el árbol en que yacía
el gusano esperando pasar a mejor vida.
Al verlo acercarse, con las últimas fuerzas que
vida te da, le dijo cuánto le alegraba que se
encontrara bien. Sonrió por última vez y
se despidió de su amigo sabiendo que nada
malo le había pasado.

El escarabajo avergonzado de sí mismo,
por haber confiado su amistad en otros oídos
que no eran los suyos, había perdido muchas
horas de regocijo que las pláticas con
su amigo le proporcionaban.

Al final entendió que el gusano, siendo tan
diferente, tan limitado y tan distinto de lo que
él era, era su amigo, a quien respetaba y quería
no tanto por la especie a la que pertenecía sino
porque le ofreció su amistad.

El escarabajo aprendió varias lecciones ese día:
La amistad está en ti y no en los demás,
si la cultivas en tu propio ser, encontrarás
el gozo del amigo. También entendió que
el tiempo no delimita las amistades, tampoco
las razas o las limitantes propias ni las ajenas.

Lo que más le impactó fue que el tiempo y
la distancia no destruyen una amistad, son
las dudas y los temores propios
los que más afectan.

Y cuando pierdes un amigo una parte de ti
se va con él. Las frases, los gestos,
los temores, las alegrías e ilusiones
compartidas en el capullo de la confianza se
van con él.

El escarabajo murió después de un tiempo.
Nunca se le escuchó quejarse de quien mal
le aconsejó, pues fue decisión propia el poner
en manos extrañas su amistad, sólo para verla
escurrirse como agua entre los dedos.

Si tienes un amigo no pongas en tela de duda
lo que es, pues sembrando dudas cosecharás
temores. No te fijes demasiado en cómo habla,
cuánto tiene, qué come o qué hace, pues
estarás poniendo en la vasija rota tu confianza.

Reconoce la riqueza de quien es diferente de ti
y está dispuesto a compartir sus ideales y
temores, pues esto alimenta el espíritu
de supervivencia más que un buen platillo.

La esencia del gusano y el escarabajo se
volvió una en el plano que se encuentra más
allá de este mundo, volviendo al regocijo que
en esta vida habían encontrado.

Este es el final de mi historia, pues
siendo tú mi amigo no te puedo exponer a
una tristeza que no quisiera para mí. No sé
si tú seas el gusano o yo el escarabajo,
pero seguro que somos distintos y en
planos ajenos nos movemos.

Yo, como gusano, te seguiré buscando día
a día, y como escarabajo, no me fijaré en
limitaciones. Como gusano, omitiré lo grotesco
que me puedas parecer. Como escarabajo,
haré uso de mis habilidades para servirte.