martes, 8 de julio de 2008

El arte de la compasiòn

Iluminaciòn

Hermanos y hermanas, buenos dias. Creo que todos los seres humanos poseen un deseo innato que les impulsa a buscar la felicidad y evitar el sufrimiento. Tambièn creo que el verdadero propòsito de la vida consiste en experimentar esta felicidad. Creo que todos nosotros tenemos el mismo potencial para lograr la paz interior y alcanzar asì esos sentimientos de alegrìa; seamos ricos ò pobres, educados ò analfabetos. Aunque algunos tengan la nariz màs grande y el color de la piel presente ligeras variaciones, en lo esencial somos fìsicamente iguales. La diferencia son irrelevantes. Lo que importa es nuestro parecido mental y emocional.

No tengo ningùn milagro que ofreceros. Si alguien posee poderes milagrosos, yo serè el primero en pedirle ayuda, aunque debo de reconocer que soy bastante escèptico ante aquellos que afirman estar en posesiòn de este tipo de dones extraordinarios. Sin embargo, si entrenamos la mente de manera constante, podremos cambiar nuestras percepciones o actitudes mentales, y eso harà cambiar nuestras vidas.

Tomar una actitud mental positiva siginifica disfrutar de la paz interior, aunque a nuestro alrededor nos rodee la hostilidad. Por otro lado, si nuestra actitud mental es màs negativa, influida por el miedo, la sospecha, la desesperaciòn ò la autocompasiòn, la felicidad nos esquivarà aun cuando estemos rodeados de nuestros mejores amigos en un ambiente armònico y en un entorno placentero.

Asi, pues la actitud mental resulta decisiva para marcar la diferencia en nuestro estado de felicidad. Debemos trabajar para acrecentar y mantener cualidades como el compartir con los demàs ò el preocuparnos por su bienestar. Tambièn debemos respetar los derechos de los demàs y reconocer que nuestra felicidad futura depende en gran medida del resto de los miembros que forman nuestra sociedad.


Una de mis oraciones favoritas es:

Hasta que permanezca el espacio,
hasta que permanezca los seres sintientes,
yo permanecerè,
con el fin de ayudar, con el fin de servir,
con el fin de aportar lo que estè en mi mano.